Tras dos semanas de fuga, Gino Ansaloni, hijo del legislador Pablo Ansaloni, se entregó a la justicia acusado de participar en un violento ataque que dejó al borde de la muerte a un adolescente en Colón. El caso sacude al ámbito político y reaviva el debate sobre la impunidad.
El joven de 19 años, implicado en una feroz agresión ocurrida el pasado 15 de junio frente al boliche "Porteño", se presentó junto a sus abogados ante la fiscal Magdalena Brandt y brindó una insólita versión: dijo que actuó en defensa propia y de un amigo. Sin embargo, las imágenes de las cámaras de seguridad desmienten su relato.
De acuerdo a la reconstrucción judicial, Ansaloni —junto a otros dos hombres— habría emboscado a Guido Ruiz, un joven de 17 años, a la salida del local bailable ubicado sobre la calle 16 entre 47 y 48. El video registrado por una cámara muestra cómo lo derriban y lo golpean brutalmente en el piso con puñetazos y patadas, sin ofrecerle ninguna posibilidad de defensa.
La víctima sufrió fracturas en la mandíbula y la nariz, pérdida de dientes y una grave lesión ocular que podría dejarle secuelas permanentes. “No sabemos si va a recuperar la vista”, declaró su hermana Guadalupe, quien además señaló que el ataque fue premeditado: “Ya tenían un problema previo con él. Tenían todo preparado”.
El 23 de junio, la fiscal dispuso la detención de los tres implicados: Gino Ansaloni, Maximiliano Martínez (20) —detenido dos días después— y Ignacio Egmami (20), quien continúa prófugo.
La calificación legal para Ansaloni es tentativa de homicidio. A pesar de sus justificaciones ante la fiscal, quedó formalmente detenido. Su decisión de permanecer prófugo durante catorce días generó una fuerte condena social y política, al tiempo que instaló una inquietante pregunta: ¿qué responsabilidad moral le cabe a quienes ocupan cargos públicos y no condenan estos hechos con firmeza?
Desde ROJAS VIRTUAL (www.rojasvirtual.com.ar), repudiamos este tipo de actos que solo demuestran una alarmante degradación de los valores sociales. No se trata solo de un hecho policial: es un reflejo de un contexto en el que la violencia se banaliza y el poder político muchas veces calla ante lo inaceptable.
La investigación continúa y el foco judicial ahora se centra en dar con el tercer implicado. Mientras tanto, la comunidad de Colón exige justicia y un mensaje claro de que ningún apellido, por influyente que sea, puede estar por encima de la ley.
Redacción de Rojas Virtual del Grupo de Medios infopba.com